Esta salsa es un clásico que se destaca por su textura cremosa y su sabor delicado. Elaborada a base de salsa blanca, crema de leche, jamón y champiñones, es la compañera ideal de pastas frescas como sorrentinos, ravioles o cintas.
Su origen tiene un aire sofisticado, pero la realidad es que se trata de una preparación simple, fácil de hacer y con un resultado que luce especial en la mesa. En esta receta vas a descubrir cómo preparar salsa parisienne para llevar tus platos de pasta a otro nivel:
Preparar la base de la bechamel (salsa blanca): derretir la manteca en una cacerola a fuego bajo. Incorporar la harina y mezclar con una cuchara de madera hasta formar un roux (pasta homogénea). Cocinar unos minutos hasta que adquiera un tono dorado suave. Incorporar la leche: añadir la leche de a poco, revolviendo constantemente para evitar grumos. Continuar la cocción a fuego medio-bajo hasta que la salsa espese y burbujee levemente. Condimentar con sal, pimienta y nuez moscada. Agregar la crema, los champiñones y el jamón: incorporar la crema de leche y mezclar suavemente. Sumar los champiñones fileteados y el jamón en cubos, y cocinar de 5 a 7 minutos más, hasta que los sabores se integren. Finalizar con la yema y el queso: retirar la cacerola del fuego y añadir la yema de huevo, batiendo enérgicamente para que se integre sin coagularse. Si se desea, agregar queso rallado para un resultado más cremoso y fundente. Champiñones con buena textura: saltearlos previamente en manteca o aceite evita que liberen demasiada agua y arruinen la consistencia. Integración de la yema: incorporar la yema fuera del fuego y mezclar rápido para que se funda con la salsa sin coagular.
Ingredientes
Paso a paso
Nota